Marcela Alejandra Mendez: Dracula de Guy Maddin

EJERCICIO PARA ACTORES QUE INICIAN O PÚBLICO EN GENERAL

Los movimientos del cuerpo tienen que contar y después largar el texto.

Buscar puntos de apoyo por ejemplo si estoy sentado en una silla, puedo apoyar un ante brazo al costado, en una mesa o alguna baranda de la silla si la tuviera, para poder entrar hablando como si fuera su casa y así lograr algo más creíble.

De ésta manera el espectador ve una persona cómoda relajada y a la vez que habla, entonces así también el actor se da confianza para seguir con su monólogo.

Un ejercicio para relajarse antes de empezar un monologo puede ser el siguiente:

( hacer en lo posible al aire libre )

1)Tomar aire y largar psicofísicamente.

2)Tomar aire y largar con sonido.

Nota: siempre utilizo de la vocal “a” preferentemente para el sonido.

3)Tomar aire y largar con llanto (sonido) buscar en el interior del cuerpo de que parte del cuerpo puede salir el llanto. Ejemplo: la panza.

4)Tomar aire y largar con llanto y risa a la vez, cambiando.

5)Tomar aire y largo comentando algo. Ejemplo: Por qué a mí?

6)Tomar y largar con : un dicho, Ejemplo: “Si yo lo hubiera aceptado?

7)Tomar y largar con una frase hasta contar o inventar algo.

8)Hacerlo con ésta frase: “Todo empezó cuando… Cuando empezó todo?

ALGO SOBRE LA TENSIÓN PARA LOS ACTORES QUE INICIAN

La tensión es el problema número uno de los actores, porque al menos que sepan como aliviarla, no podrán hacer nada más.

La tensión puede compararse con una botella con corcho. Imaginemos por un momento que el ser humano es una botella llena de emociones e impulsos. Si alguien tapara con un corcho esta botella, no saldría nada. La tensión actúa como un freno y, debajo de él, todo queda cerrado.

Entonces, el actor se impone un comportamiento por encima del freno, pero esa actitud solo conduce a actuaciones intelectuales y conceptuales.

Los actores acostumbran fácilmente a funcionar por encima del freno, sin confrontar la vida que permanece abajo. Desarrolla actitudes propias, elementos de personalidad, amaneramientos que conocen bien y que también los protege. Sin embargo, negando las tensiones y lo que se esconde de ellas, están desperdiciando el 90 % del talento.

Sin embargo, uno puede engañarse y creer que está relajado. Se puede esconder la tensión sin percibir su presencia. Este tipo de engaño y falsa sensación de bienestar no es bueno para uno como actor, impidiéndole llegar al nudo de la verdadera creación.

Cuando intenta vencer un problema humano, la primera mitad de la batalla consiste en reconocer que existe. La mayoría de los actores niegan la existencia de sus tensiones, las suprimen tan completamente que sólo pueden trabajar en un nivel superficial, un comportamiento fácil, que a veces puede ser interesante, pero nunca puede ser real y orgánico.

La tensión también es un signo de talento. Es la manifestación de emociones no expresadas, de impulsos contenidos. Cuanto mayor sea la tensión, más cantidades de cosas están sucediendo en el interior de uno y no pueden surgir.

La tensión es el resultado de una interrupción en el proceso natural de estimulo-proceso-expresión.

Aprender una técnica y poder desarrollarla es uno de los factores más importantes en el propio desarrollo.

Las cusas de la tensión son infinitas. Algunas de las más comunes son el ego del actor, la inseguridad, la necesidad de éxito, el miedo a equivocarse, la ausencia de una técnica, la falta de confianza en el instrumento. La autoestima es muy importante para su desempeño en escena.

Uno, actor, es único e individual, diferente a cualquier otro actor en el mundo. La mayor contribución al teatro será lo que uno puede dar de si mismo. Si uno está dispuesto a fracasar y, equivocándose, aprende, entonces uno pude descubrir la total dimensión de su talento.

Cuando uno está listo para aceptar el hecho de equivocarse como una parte necesaria del crecimiento, se equivoca mucho menos que cuando no se permitía ser malo. La tensión surge de la necesidad de triunfar y ser bueno.

Insistimos en la importancia de ubicar la tensión, reconocerla y entonces proceder sistemáticamente a aliviarla. Tan pronto como uno se pregunta comienzan a surgir las respuestas. Dónde estoy tenso?, Que parte o zona de mi cuerpo se siente incómoda? .

Es lógico que cuántas más preguntas uno se haga, más respuestas tendrá.

Cada persona tiene diferentes puntos de tensión. Generalmente la tensión se aloja siempre en los mismos lugares y, una vez ubicados es mucho más fácil luchar contra ella. Reconozca las áreas, admítalas y obligue a la tensión a expresarse por si misma.

(Esta parte puede resultar infantil pero todo es un juego):

Siento tensión en los hombros. Hola, tensión en los hombros. Sé que estás ahí. Mis rodillas tiemblan. Hola rodillas. Tiemblen. Si uno descubre que las manos están temblando, hay que obligarlas a que lo hagan, a que se muestren. Cuando todos los temblores y la rigidez han llegado al límite, simplemente se les pide a esas partes o zonas del cuerpo que se relajen. Dejar que las manos cuelguen y caigan naturalmente por la ley de gravedad.

La tensión es resultado de estar demasiado preocupado por uno mismo.

Para conectarse con el exterior, uno debe hacerse preguntas simples. Relacionarse con los objetos próximos por medio de preguntas personales con respecto a ellos, tales como: Que significa esa silla para mi? A que me hace recordar ese candelabro? Lo he visto antes? Donde?. A menudo las respuestas provocan un cierto comportamiento con el objeto. También deben hacerse preguntas con respecto a la gente con la cual se esta trabajando: Que es lo que más me atrae de esa chica/chico? Tiene algún parecido con otra persona que conozco? Si es así, que rasgos son iguales y qué rasgos son diferentes? , etc.

Si uno permite que las respuestas se expresen, comenzará a funcionar orgánicamente y creativamente.

Para actuar uno debe estar relajado

Para relajarse uno debe ayudarse a conseguirlo

Para ser, uno debe incorporar todo lo que es

Se necesita coraje.

El actor puede sentir una sensación de relajamiento general, pero cuando empieza a hablar su voz se quiebra, L tensión se ha instalado en sus cuerdas vocales. Y así en diferentes zonas del cuerpo. No se confíe cuando en el control general creen estar relajados, chequeen e investiguen zona por zona.

El enemigo de la tensión es la exposición. Si uno permite que permanezca escondida, se fortalece. Si uno la expone públicamente, en voz alta, ya no tendrá necesidad de fingir. Todos saben que uno esta tenso: en lugar de disimular, uno debe dedicarse a la tarea de aliviarse.

Marcela Alejandra Mendez

domingo, 29 de mayo de 2011

Dracula de Guy Maddin

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